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Rojo Amanecer: a 50 años de la masacre de Tlatelolco

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Rojo Amanecer: a 50 años de la masacre de Tlatelolco

El 2 de octubre de 1968 un numeroso grupo de estudiantes y civiles perdieron la vida al intentar exigir sus derechos para hacer un cambio en el país. Hoy, a 5 décadas del doloroso acontecimiento que selló con sangre la Historia de México, y en el marco del festejo de la primera fiesta de cine mexicano vale la pena recordar la primera película que enfrentó la censura y un sinfín de adversidades para atreverse a narrar el acontecimiento.

Rojo amanecer es la historia de una familia de clase media que vive de cerca la masacre de Tlatelolco al habitar uno de los departamentos del edificio Chihuahua. Jorge (Demián Bichir) y Sergio (Bruno Bichir) son dos hermanos que simpatizan con el movimiento estudiantil de 1968. Su padre es un funcionario del gobierno que rechaza los ideales de la juventud; su abuelo es un militar retirado y su madre, una ama de casa que vive atormentada por la situación que vive el país.

La mañana del 2 de octubre Jorge y Sergio discuten con su padre sobre su apoyo al movimiento y los hechos recientes que evidencian las injusticias del gobierno hacia los estudiantes; sin embargo, a pesar de las advertencias, ambos deciden participar en la manifestación que se llevará a cabo esa misma tarde en la plaza de las Tres Culturas, sin imaginar que serían testigos de una de las masacres más escalofriantes de su vida.

Independientemente de la crudeza con la que Jorge Fons relata los acontecimientos del 2 de octubre, esta película obtuvo sus principales méritos por ser el resultado de un valeroso esfuerzo entre el grupo de personas que la hizo posible. El director veracruzano esquivó la censura que reinaba la época, y que ya le había impedido a otros cineastas hablar sobre la masacre de Tlatelolco, para arriesgarse a llevar a la pantalla grande un guión de Guadalupe Ortega y Xavier Robles titulado «Luces de Bengala».

Fons sabía que era prácticamente imposible rodar la cinta en locaciones exteriores sin pagar las consecuencias propias de la censura de la época, así que inspirándose en el recurso discursivo que Ridley Scott utilizó en Alien, se aventuró a contar la historia desde un solo escenario (el departamento de la familia). De tal suerte que logró también aumentar la tensión de la trama, pues las imágenes del tiroteo quedaron sujetas a la imaginación o recuerdo de cada uno de los espectadores.

La falta de presupuesto también fue un obstáculo importante para la realización de la película. Héctor Bonilla, quien interpreta al padre de familia, y quien ya había trabajado con Fons, gastó sus ahorros en la financiación. El rodaje sucedió en secreto, dentro de una bodega en la que se recreó con medidas exactas uno de los departamentos del edificio.

Al ser un proyecto que rayaba en la clandestinidad los actores debían pertenecer a un círculo cercano en el que la discreción era fundamental. Los asistentes de producción eran el hijo, la esposa y un alumno de Fons, mientras que en el elenco destacaba Leonor Bonilla, hija de Héctor Bonilla, y los hijos pequeños de Xavier Robles. En el elenco de actores secundarios se encontraba también un sobrino de Jorge Fons, y el hijo de María Rojo, la actriz que interpreta a la madre de familia.

La mayoría de los actores no cobró por su participación, de igual forma todos se integraron genuinamente en el proyecto; Héctor Bonilla y María Rojo principalmente por los ideales políticos que los habían hecho participar en el movimiento del 68. Cabe destacar que fue Bonilla quien personalmente buscó financiamiento cuando el rodaje se quedó sin presupuesto.

Después de muchos obstáculos la película salió a la luz en 1989. Hoy, a 50 años del trágico acontecimiento sigue siendo uno de los documentos audiovisuales más fidedignos que relatan lo que sucedió el 2 de octubre, y que al mismo tiempo nos trae a la memoria los acontecimientos que hace 4 años silenciaron a otro grupo de estudiantes bajo la sombra de la misma raíz gubernamental.

«El 2 de octubre no se olvida» y «Vivos se los llevaron, vivos los queremos» son insignias hermanas de lucha que revelan lo poco que han cambiado las cosas en 5 décadas.

Entra a Claro video para revivir una vez más esta desgarradora cinta, y no olvides unirte a la fiesta del cine mexicano organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno federal a través del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) que traerá a la pantalla grande una lista de 11 valiosos reestrenos del celuloide nacional, incluyendo Rojo Amanecer, El lugar sin límites, Arráncame la vida, y Dos tipos de cuidado.

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