No mentimos cuando decimos que Foo Fighters era una de nuestras bandas favoritas de la adolescencia. Seguro aún te sabes sus rolas, pues las escuchabas a todo volumen en tus tardes de secundaria o preparatoria pero, ¿sabes cómo nació la banda? Aquí te contamos.
Podríamos decir que la historia de Foo Fighters comenzó desde 1990 cuando David Eric Grohl, a los 21 años, fue contratado para tocar la batería en el entonces desconocido grupo Nirvana. Grohl tuvo la oportunidad de participar en el nacimiento de álbumes épicos como Nevermind, Incesticide, e In Utero.
Todos conocemos la trágica historia de Nirvana tras la muerte de Kurt Cobain en 1994. Sin embargo, Dave guardó algunas canciones escritas por él mientras era miembro de la banda, así que su camino musical no tuvo que frenar. Dichas canciones quedaron contenidas en el demo titulado Pocketwatch. En ese entonces, Dave adoptó el seudónimo «Late!». La edición de aquella producción se hizo en casetes que Grohl repartió sólo a sus amistades, pues no tenía intención de comercializarlo.
Poco tiempo después, Dave regresó al estudio para grabar unas cuantas canciones más, esta vez con el seudónimo que todos conocemos: Foo Fighters. ¿Por qué Dave eligió ese nombre? Resulta que el músico es un gran aficionado a los fenómenos paranormales, así que decidió nombrarse como los pilotos aliados llamaban a los objetos voladores no identificados (OVNI) durante la Segunda Guerra Mundial.
Dave Grohl grabó todos los instrumentos en cada una de las canciones, a excepción de la guitarra de acompañamiento, que corrió por cuenta de su amigo Greg Dulli. Una vez más, Dave decidió mantener esa grabación entre un pequeño grupo de amigos. Todo dio un giro sorpresivo cuando el casete recibió tan buenas críticas que una de las canciones, This is a Call, fue todo un éxito en la radio.
Dave sabía que era momento de formalizar su carrera artística, por lo que se dio a la tarea de reclutar a otros músicos para formar su propia banda, creando además Roswell Records, su sello musical. Nate Mendel se incorporó como bajista, William Goldsmith como baterista, y Pat Smear como guitarrista para completar la alineación.
La banda comenzó su gira de presentaciones en Portland, Oregon, pero fue hasta el lanzamiento de su segundo álbum, The Colour and the Shape, que Foo Fighters comenzó a tener relevancia, ya que los temas Monkey Wrench, My Hero, y Everlong fueron todo un éxito. Para aquel álbum Dave compuso, tocó la guitarra, fue la voz principal y tocó la batería en casi todas las canciones. No en vano la producción discográfica fue proclamada por la crítica como uno de los mejores discos de rock de la década de los noventa.
En 1999, Dave decidió tomarse un descanso y regresar a su natal Virginia para despejar su mente. Sin embargo, su inquietante ingenio no lo dejó parar, así que convirtió el sótano de su casa en un pequeño estudio de grabación donde nació su tercer álbum There is Nothing Left to Lose. Ya sin Goldsmith ni Pat Smear, pero con sus reemplazos: Taylor Hawkins y Chris Shiflett.
La discografía de los Foo Fighters siguió creciendo con One by One, In Your Honor, Echoes, Silence, Patience & Grace, Wasting Light, Sonic Highways y Concrete and Gold, su más reciente álbum.
Alguna vez Dave Grohl declaró que tras la muerte de Kurt Cobain pensó que no podría seguir haciendo música. Hoy, aunque nos duela admitirlo, sin la disolución de Nirvana, Foo Fighters jamás habría existido y Dave Grohl tal vez nunca se habría atrevido a mostrarle al mundo la genialidad de sus creaciones musicales.
